En esta oportunidad la inauguración de la villa olímpica Tokio 2020 se realizó de manera atípica, es decir sin la ceremonia ni espectadores debido al repunte del covid-19.
Motivado a los protocolos de bioseguridad establecidos por la Pandemia del COVID-19, los participantes deben ingresar con cinco días de anticipación para la competencia y abandonar el sitio dos días posteriores al culminar sus eventos para así evitar la propagación de este virus.
Los residentes del complejo construido en el distrito de Harumi, en una de la islas artificiales de la bahía de Tokio, empezaron a llegar hoy a lo que serán sus alojamientos mientras dure su participación en la justa veraniega, fuera del foco mediático y sin que la organización quisiera proporcionar cifras sobre los primeros inquilinos.
Un elevado número de coches de policía se encontraban aparcados en las afueras de la villa de los atletas cuando los autobuses entraban en el complejo vallado, sin visibilidad de su llegada desde fuera.
La Villa Olímpica, que alberga comedores, un gimnasio y un centro de control de dopaje, contará también con una clínica para gestionar los potenciales casos de COVID-19, además de unas instalaciones médicas para atender otro tipo de contingencias sanitarias.
El uso de mascarilla será en principio obligatorio en las zonas comunes y cuando no pueda garantizarse una distancia de seguridad apropiada para todos los atletas olímpicos y paralímpicos, que se esperan que sean unos 15 mil 400 en conjunto, y otro personal con contacto frecuente con ellos.
LGS//DURÁN